Enfermedades
OÍDO DEL NADADOR
La otitis externa -conocida coloquialmente como "oído de nadador"- es una infección del conducto auditivo externo, el tubito que conduce los sonidos desde el exterior del cuerpo hasta el tímpano. La otitis externa puede estar provocada por muchos tipos diferentes de bacterias u hongos.
Afecta sobre todo a personas que pasan mucho tiempo en el agua. Cuando hay demasiada humedad en el oído, la piel que recubre el interior del conducto auditivo se puede irritar y lesionar, permitiendo la proliferación de bacterias u hongos. En los climas templados la otitis externa se da más frecuentemente durante los meses de verano, cuando es más frecuente bañarse en el mar o la piscina.
Pero no hace falta nadar para tener "oído de nadador". Cualquier cosa que lesione la piel que recubre el interior del conducto auditivo puede provocar este tipo de infección. Tener eccema o la piel demasiado seca, rascarse el conducto auditivo, limpiarse demasiado enérgicamente los oídos con bastoncitos de algodón o introducirse en las orejas objetos punzantes, como clips para sujetar papeles, hebillas o alfileres para sujetar el pelo, incrementan el riesgo de desarrollar otitis externa.
Signos y síntomas:
El principal síntoma de la otitis externa es el dolor de oído, que puede ser intenso y empeorar cuando se toca o se mueve el lóbulo u otra parte del pabellón auditivo externo. A veces también duele al masticar, y el dolor puede ir precedido de picor
La inflamación del conducto auditivo puede hacer que el nadador se queje de molestias y/o de la sensación de tener el interior del oído lleno de fluido. También puede empezar a supurar un líquido que al principio será transparente pero después es posible que adopte un aspecto turbio y un color amarillento o purulento. Es posible que la audición se vea afectada temporalmente si el pus y las impurezas o la inflamación del conducto auditivo bloquean el paso normal del sonido. La fiebre no es un síntoma habitual de los casos más típicos de otitis externa.
Contagio:
La otitis externa no es contagiosa.
Prevención:
Instilar gotas óticas de venta sin receta médica de una solución diluida de ácido acético o alcohol en los oídos de su hijo después de que se los moje la cabeza puede ayudar a prevenir la otitis externa, especialmente si se es proclive a contraer este tipo de infecciones. Estas gotas se pueden adquirir en la farmacia y sólo se deben utilizar en aquellas personas que no lleven tubos de drenaje o ventilación en los oídos y no tengan el tímpano perforado. También es una buena idea que, después de bañarse, los nadadores se sequen las orejas con suavidad utilizando una toalla y que faciliten la salida de agua del oído doblando el cuello e inclinando la cabeza hacia un lado. Pero, antes de ponerse tapones para los oídos, hable con su médico.
Para evitar lesionarse los oídos, no deberían limpiarse los oídos introduciendose objetos en las orejas, ni siquiera bastoncillos de algodón.
Incubación:
No hay un período de incubación establecido para la otitis externa, pero el dolor de oídos suele aparecer después de nadar o de haber estado sumergido bajo el agua.
Duración:
La otitis externa se suele curar al cabo de siete a 10 días de iniciar el tratamiento.
Tratamiento profesional:
Aunque se trata de algo muy poco habitual, la otitis externa grave o no tratada se puede extender al cartílago y al hueso adyacente al conducto auditivo, por lo que es importante que un médico la trate lo antes posible.
El tratamiento de la otitis externa depende de la gravedad de la infección y del dolor que se tenga. En las infecciones más leves, el médico puede recetar gotas antibióticas para combatir la infección y corticoesteroides para reducir la inflamación del conducto auditivo. Generalmente las gotas se administran varias veces al día durante siete a 10 días.
Si la inflamación ha estrechado tanto el orificio de entrada del conducto auditivo que resulta difícil instilar las gotas, el médico puede introducir una mecha de algodón para facilitar la entrada de las gotas en el oído. En algunos casos, el médico puede tener que eliminar el pus y las impurezas del oído limpiándolo o succionándolo con delicadeza para que las gotas puedan penetrar mejor. En los casos más graves también se prescriben antibióticos orales, y es posible que el médico solicite un cultivo de las secreciones del oído para identificar las bacterias u hongos causantes de a infección. Para aliviar el dolor de oído, se pueden utilizar analgésicos de venta sin receta médica. Una vez iniciado el tratamiento, se empezará a encontrar mejor al cabo de un día o dos.
Tratamiento en casa:
La otitis externa debe ser tratada por un médico. Su no se trata, el dolor aumentará y la infección se extenderá. Para aliviar el dolor antes de ir al médico, aplique un paño o toallita caliente o una manta eléctrica sobre la oreja. El paracetamol o el ibuprofeno también pueden aliviarle el malestar.
En casa, siga las instrucciones del médico en lo que se refiere a la administración de las gotas óticas y de los antibióticos orales, en el caso de que se los haya recetado. Es importante que no se moje la cabeza.Un gorro de baño ofrece una buena protección durante la ducha o el baño.
HOMBRO DEL NADADOR
El hombro del nadador, es la lesión más frecuente en
estos deportistas.
Afecta a músculos y tendones y se debe a la reiteración
en la brazada de una postura (el hombro se sitúa por encima de la cabeza) para la que esta parte del
cuerpo no está diseñada. Un nadador de alto nivel da al
año unos dos millones
de brazadas en un medio hostil para el hombre, como es
el agua. Así que entre el 40% y el 80% de los nadadores profesionales sufre esta alteración, que se
produce sobre todo en los especialistas del estilo crol y en
los mariposistas.
En del conjunto de alteraciones que están englobadas
dentro del hombro del nadador (que pueden afectar al músculo deltoides, al bíceps largo y al subescapular, entre otros), la más frecuente es la tendinitis del
supraespinoso. Es decir, el tendón situado por encima de
la columna vertebral
se inflama y provoca dolor y tensión muscular, contractura
y llega, incluso, a limitar la movilidad articular.
El tendón supraespinoso soporta una fricción en cada
brazada que produce un
desgaste degenerativo. La reiteración de estos roces
altera el riego sanguíneo
de la zona, lo que puede ocasionar necrosis. Depurar la
técnica puede ayudar a
prevenir esta patología. Es importante que la entrada de
la mano en el agua se
haga lo más lejos posible del cuerpo hacia adelante y que
el movimiento de
rotación del tronco se sitúe entre los 70 y los 100
grados», explica José
Daguerre, jefe de los servicios médicos de la Federación
Española de Natación.
Por otro lado, es fundamental que el nadador respire
alternativamente por ambos
lados de su cuerpo ya que, de lo contrario, un brazo
penetra más profundamente
que el otro en el agua. El tratamiento del hombro del
nadador puede requerir el
descanso de la articulación, la inyección de esteroides y,raramente, la
cirugía para corregir la dolencia que se haya hecho
crónica.
V Rodilla del bracista». Una patada correcta en el estilo
de braza requiere que
las rodillas se flexionen y las tibias hagan una rotación
externa. Este
ejercicio produce una distensión del ligamento colateral y
lesiones de menisco.
Esta lesión suele producirse más por sobrecarga que por
errores técnicos,
aunque el nadador puede prevenirla procurando alinear las
rodillas de tal
manera que las piernas se separen la distancia justa que
hay entre ambas
caderas.